24 feb 2011

Año 489: El Juicio de Sir Maglos



El sol de la mañana incidía sobre la ciudad de Sarum, dónde una insólita reunión tenía lugar en el Gran Salón del Conde Roderick. Ante la corte reunida, nuestros valerosos caballeros acusaban ante el Conde a Sir Maglos, el vil traidor que tantas veces había conspirado en su contra.


A pesar del apasionado discurso de los caballeros, su acusación fue en vano. Sir Maglos, solicitó un juicio por combate, para que los dioses de la batalla probaran su inocencia, y ante tal petición, Sir Roderick no tuvo más remedio que aceptar, a pesar de su confianza en los jóvenes caballeros.

El combate quedó emplazado para la mañana siguiente, y fue la comidilla de la corte durante el resto del día. Mientras, los caballeros discutían quien tendría el honor de enfrentarse al traidor.



- En realidad… No tengo tantas querellas contra Maglos como vos, Sir Garrick… - Sir Loic de la Lanza, demostrando su pena por no combatir.



Al día siguiente, todos se reunieron alrededor de los dos combatientes, que aparecieron completamente armados. Sir Garrick no pudo evitar algunos gestos de dolor, puesto que aún no estaba del todo recuperado de sus combates anteriores, a pesar de lo cual, no dudó en enfrentarse a su enemigo.



Mientras se preparaba para el jucio, Sir Garrick se percató de que Sir Marador, el padre del caballero traidor, le entregaba a su hijo una espada diferente a la que portaba. Lo cual hizo que saltaran todas las alarmas del caballero, temiendo un posible envenenamiento.



Instantes antes de que comenzara el combate, Lady Adwen, saltándose el protocolo habitual, se acercó a Sir Garrick, y tras unas palabras de ánimo, depositó un suave beso en los labios del caballero, ante el asombro de todos los presentes.

Con los nuevos ánimos infundidos por su amada, Sir Garrick aferró su espada y se dispuso a luchar por su vida y sus creencias.



Ambos luchadores se observaban fijamente, girando lentamente, uno alrededor del otro, buscando la abertura en la defensa rival. Sir Garrick, tras su escudo, trataba de mover su arma para deslumbrar a Maglos, pero el astro rey no era lo suficientemente fuerte. Garrick lanzó un golpe, bloqueado por su enemigo, que contraatacó con furia, también sin éxito. Estuvieron un largo rato tanteándose, pues era la vida lo que se jugaban.



Pasó el tiempo, el sudor corría por su espalda y su rostro, empapando su pelo bajo el yelmo. El silencio era total, solamente quebrado por los golpes de los luchadores, y el sonido de su respiración trabajosa.



Más al final, Garrick atacó como un león enfurecido. Lanzó una serie de golpes poderosos, que apartaron el escudo de Maglos, y por último, alzando su espada por encima de la cabeza lanzó un tajo brutal, que hirió gravemente al traidor, salpicando de sangre a los asistentes. Lentamente, Garrick se acercó al caballero caído. El tiempo se detuvo, todos aguantaron la respiración, esperando el golpe final.



Se alzó la espada, y volvió a caer como un relámpago, refulgiendo con los rayos solares…



Y la muerte alcanzó al traidor.





Pasaron varios días tras el juicio por combate, y las cosas parecieron calmarse. En ese momento, llegó el mensajero del Pendragón. Las tropas tendrían que reunirse en el norte, pues por fin se enfrentarían contra el Sajón.

2 comentarios:

Alsharak dijo...

Bueno, soy consciente de que no ha sido un relato especialmente épico, pero lo escribí en los ratos muertos en el curro, y sobre todo, para intentar igualarme al punto por donde vamos, que tenía un par de partidas de retraso!

¡La muerte de Traidoro! Un momento importante en la campaña...

Saludos!

Sir Garrick dijo...

No fue tan épico ni mucho menos... antes de matarlo, Garrick observó a los presentes... y dijo "La Justicia del Pendragón ha hablado..." y Maradoc huyendo, el nuevo beso apasionado de Adwen... el hermanazgo entre Loic y Garrick...

xDD

Que quisquilloso io xD

Muaaa