21 sept 2009

¡¡España, Jugones..!!! y las flipadas del Tarantino

¡Saludos a los (escasos) Viajeros!

Lo primero que tengo que decir es ¡¡¡ Que grande España!!!

Definitivamente, esta selección de baloncesto está empeñada en demostrar que este deporte pinta mucho más que lo que los futboleros piensan. A pesar de las dudas ( y que conste que fui uno de ellos, porque no me gusta Scariolo) en estos últimos partidos han demostrado una superioridad tal, una intensidad, y sobre todo, una camaradería que me hace pensar que este equipo no tiene techo. Y eso que faltaba Calderón, nada menos.

Ahora mismo, ninguna selección le puede hacer frente a España, salvo quizá USA si acudieran todos sus cracks. Pero no hable de ganar, hablo de que, con España en condiciones, y sobre todo con Gasol en ese estado de forma, no hay equipo al que no le ganemos de 20.



Como diría Andrés Montes...¡¡¡Jugón!!!!



Y en otro orden de cosas:


Ayer fui a ver la última película del amigo Quentin Tarantino, a mi parecer, uno de los directores más sobrevalorados del panorama actual. Cada vez que veo una película suya, pienso: " A ver si mejora..."

Y no, no mejora. Definitivamente este tío está volao. Cada vez exagera aún más sus supuesta "características", a saber: Diálogos extensos, escenas sangrientas, homenajes a películas que le gustan, etc. Pero es que en Malditos Bastardos, estira estas características hasta el límite de la tolerancia.

Alargar un diálogo hasta los veinte minutos, para que luego se resuelva la acción con un tiroteo... es una cabronada, directamente. Es que te desesperas esperando un desenlace que encima ya intuyes. Luego está, el supuesto "homenaje" al spaghetti western de Leone. Cámara lenta, primeros planos, música brutal... ¿pero que coño pinta aquí? Pues nada, como es Tarantino se le permite.

Definitivamente, creo que este hombre ya está en lo que yo llamo Nivel Woody Allen, que es que sus películas independientemente de su calidad, son obras maestras. Y no, yo digo que no. Después de Reservoir Dogs y Pulp Fiction, este hombre no ha hecho nada remarcable.

Que es lo que a él le gusta, de acuerdo, pero que nadie intente venderme que Kill Bill es un películon,que es mas lenta que el caballo del malo, Uma Thurman está insoportable, los soniditos chillones de sus enfrentamientos son desesperantes, y encima, los diálogos entre Bill y la Mamba Negra no acaban nunca!

Yo creo que a Tarantino o lo adoras o lo odias, y empiezo a acercarme peligrosamente a la segunda opción. Probablemente, los supuestos "expertos" en cine me dirán que no tengo ni idea, y sí, es bastante posible que tengan razón... pero que quieren, yo para ver un homenaje a un western, veo la Muerte tenía un Precio, por poner un ejemplo. Y para ver a chinos peleando, en lugar de ver Kill Bill, veo una película de Bruce Lee.

Vamos, que ahí te quedas Tarantino.

10 sept 2009

Ríos de Tinta 10: El Arco de Plata

¡Saludos a los Viajeros!

Uno de los autores que más me ha impresionado en los últimos meses, y al que le he dedicado algunas reseñas, es al británico David Gemmell. Después de lo mucho que me gustaron sus novelas del Ciclo Drenai, me lancé sin pensarlo a por una de sus últimas novelas publicadas en castellano, Arco de Plata, perteneciente a la trilogía Los Guerreros de Troya.
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Antes de leer nada de Gemmell, este libro me había llamado la atención en las estanterías de las librerías, pero pensé: "¿Otra novela más de Troya? ¡Ni de coña!. Pero como sus anteriores libros me habían gustado tanto, y desafortunadamente no podré leer nada nuevo de él puesto que ya ha fallecido, le dí una oportunidad a los troyanos.

Hoy en día, quien más quien menos conoce la historia de la batalla de Troya. A todos nos suenan esos grandes nombres, Aquiles, Hector, Odiseo... y de cómo el rey Agamenón asaltó la bella ciudad troyana por una afrenta de amor, cuando el hermoso Paris se fugó con Helena, la esposa de Menelao de Esparta.

Bien, pues de entrada,un punto a favor de esta novela es que parte de un punto de vista completamente diferente. En esta novela es Eneas, conocido como Helicaón el Dorado, quien lleva el peso de la historia, y además, nos sitúa en un período de tiempo anterior al asedio en sí. La novela comienza con la presentación de Helicaón, que ayudado por Calcas el Loco, un "ingeniero" algo extravagante, ha fletado la Janto, la nave más grande jamás fabricada.

Y desde ese momento, el autor nos envuelve en una trama de conspiración, donde se van presentando los diversos secundarios, como Argorio, el irritante micénico con el corazón de un héroe, o Gershom, un fugitivo egipcio con un misterio por conocer.

Poco a poco vamos conociendo a Helicaón, que al principio se nos muestra rodeado por un aura de heroicidad, que poco a poco se va diluyendo para mostrar a un hombre. A fin de cuentas, lo que convierte a un hombre en un héroe son sus actos, y es ahí donde Eneas muestra su grandeza.
Escrito con la prosa vigorosa habitual de Gemmell, el libro mantiene un buen ritmo durante toda su extensión ( es bastante gordito...) con buenas escenas de acción y combate con el regusto a la épica clásica. Si tuviera que ponerle un pero al libro es que se nota demasiado que es un "inicio".
Me explico. A medida que iba leyendo, tenía la sensación de que se acercaba un clímax, un punto de inflexión donde la novela iba a "explotar" por así decirlo, pero este momento nunca llega. Hay momentos muy intensos, sí, pero parece que el desenlace será en el siguiente libro.

Así, aunque el libro es ligeramente inferior al Ciclo Drenai, (con Drenai me sentía rodeado de épica, y en este no tengo la misma sensación) es una muy buena novela, y desde que pueda me haré con su segunda parte, El Escudo de Trueno. Bastante recomendable, como todo lo de este autor.

Mi nota: 7,5

3 sept 2009

Ríos de Tinta 09: Los Leones de Al-Rassan

¡Saludos a los Viajeros!

Poco a poco voy saliendo de la pereza del verano, sólo para sustituirla por el agobio del trabajo, lo cual deja resultados similares, es decir, escasez de tiempo y ganas para actualizar el blog, al cual tengo más que abandonadito.

Pero retorno de mi retiro forzoso para hablar del último libro que he devorado, y digo devorado porque lo terminé en un par de días, y teniendo en cuenta mi actual ritmo de lectura, dice mucho a favor de la calidad del mismo. Estoy hablando de los Leones de Al-Rassan, una novela de Guy Gavriel Kay, también autor de la trilogía el Tapiz de Fionavar.


Debo decir que mi único contacto con el autor había sido el primer volumen de la citada trilogía, que me dejó muy mal sabor de boca. Ya la contraportada me hacía dudar, pues ponía algo similar a: "colaborador de Cristopher Tolkien con los escritos de su padre" o algo así con otras palabras. Automáticamente pensé, Dios los cría y ellos se juntan... si el uno lleva años viviendo de la sombra de su padre, el otro, saca libros a costa del gorrón. Una locura.

Encima el libro era típico, tópico y sacaba ideas de todos los lugares posibles, con lo que consiguió que desistiera de leer los siguientes. Y allí andaba yo, buceando por la red, y no me cansaba de leer buenas críticas de dos novelas de este señor, Tigana, a la que todo el mundo considera una obra de arte, y la que me propongo reseñar, los Leones de Al-Rassan, de forma que cuando esta última se reeditó, con muchas reticencias, la adquirí.

¡Y que buena adquisición! Parece otro autor, completamente alejado de su anterior libro. En esta novela, nos sumerge en Al-Rassan, un lugar ficticio con muchas reminiscencias a la antigua Al-Andalus, donde los asharitas (árabes) son la máxima expresion de la cultura, el saber y la decadencia. En el norte, los jaditas (cristianos) antiguos dueños de Al Rassan, se mantienen en lucha constante contra el sur, mientras los kindath (similares a judíos...) viven como pueden entre los dos mundos.

Es en este mosaico donde Kay nos desvela una interesante trama cuyo peso recae sobre tres personajes principales: el primero,Jehanne, una médico kindath, hija del mejor sanador que jamás había existido, el segundo, Rodrigo Belmonte, un personaje honorable, quizá podríamos decir que es una versión muy libre de nuestro Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid. Y por último, y el más importante (en mi opinión) Ammar ibn Khairan, poeta, cortesano, atractivo y embaucador, pero sobre todo, asesino.

La novela comienza con el asesinato del último califa de Al-Rassan a manos del propio Khairan, y a partir de ahí, se teje toda una trama que envuelve a los reinos de Esperaña, con el Rey Ramiro al frente, la Iglesia, que prepara una guerra santa contra los infieles del sur, y la necesidad de sobrevivir de los kindath. Un libro lleno de encanto, con personajes tanto principales como secundarios, llenos de matices, y sobre todo, con una especie de sensación, un saborcillo español que nos hace reconocer (o al menos nos suena...) la gran y épica historia que guarda el pasado de nuestro actualmente apocado país.

Lo clasifico junto al Tejido de la Espada, de Pallarés (reseña en este blog) en la categoría propia de "Fantasía Mediterránea" que tanto me ha gustado. Un libro recomendable cien por cien. Si Tigana es al menos tan bueno como este, lo compraré seguro.

Mi nota: 8